NUESTRA MISIÓN
Hacer discípulos que amen a Dios, se amen unos a otros y amen A ESTE mundo.
Nuestra misión es lo que nos proponemos hacer: el llamado a la acción que creemos que Cristo ha puesto sobre su Iglesia. Esta misión es la meta de cada decisión que tomamos y nace de dos momentos en el evangelio de Mateo donde Jesús resume los latidos que impulsan al corazón de un seguidor de Cristo: El Gran Mandamiento y La Gran Comisión. El primero se encuentra en Mateo 22:36-40, una conversación entre Jesús y un experto de la ley:
Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente”, le respondió Jesús. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.
El otro está en Mateo 28:19, el mandato final que Jesús da a sus seguidores justo antes de ascender al cielo:
“Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo…”
NUESTRA VISIÓN
Ver un despertar del evangelio en la ciudad de Los Angeles que se lleve hasta los confines de la tierra.
Nuestra visión es lo que nos proponemos ver: lo que creemos que Dios hará mientras llevamos a cabo nuestra misión. El despertar del Evangelio no es nuestro único deseo, sino que creemos que la manifestación de esta vision realizará discípulos que aman a Dios.
Un verdadero entendimiento del Evangelio lo cambia todo, y si nos esforzamos por ayudar a la gente de nuestra ciudad a entender las buenas nuevas de Jesús, sabemos que Dios transformará esas vidas. Así tambien más personas comprenderán que una relación con Dios no se basa solo en lo que hemos hecho, sino en lo que Cristo ha hecho por nosotros; que nuestras vidas no son para nuestra propia gloria, sino para la gloria de Dios; que el Evangelio no es solo la puerta de entrada a la vida cristiana, sino que es la casa en la que habita el creyente. Por lo tanto, más personas comenzarán a dar el siguiente paso para seguir a Jesús y vivir una vida de servidumbre para Dios y Su palabra.